El salón de la casa de Lira y Tomás está hoy abarrotado de gente. Tienen una reunión muy importante. Han convocado a todos los compañeros de clase que viven en su barrio y a sus padres para hacerles una propuesta: que se organicen para compartir los coches para ir al colegio. Todos están de acuerdo en que es una buena práctica que les va a permitir ahorrar tiempo, dinero y con la que además van a contribuir a reducir la contaminación. Han creado un mapa de rutas y un calendario y ya están todos organizados.
"¿Sabéis cómo se llama esta práctica?”,
les ha preguntado Antonio, el padre de Miguel. Ninguno lo sabía. Les ha contado
que se llama “Carpooling” y que consiste
en que diversas personas compartan coche,
tanto para viajes periódicos como para trayectos puntuales. Se utiliza
desde hace muchos años en Estados Unidos, Canadá y en algunos países de Europa
y últimamente se está extendiendo también en España, gracias a Internet y a los
smartphones.
"¿Cómo lo haces?", le ha preguntado Miriam, la mamá de Raquel. Antonio les ha contado que existen varias
páginas web como Carpooling.es, Blablacar.es, Amovens.com, Compartir.org o viajamosjuntos.com que conectan conductores con plazas libres y pasajeros que efectúan recorridos
similares. Cada
uno ofrece diferentes servicios pero la personalización puede llega hasta saber
si se puede viajar con mascotas, qué tipo de música le gusta escuchar o
pudiendo organizar un viaje solo para mujeres.
Los beneficios de compartir viajes en coche
son múltiples y tangibles, tanto a nivel individual como para el medio ambiente:
- Disminución de emisiones de CO2. En lugar de circular dos o más coches circula solo uno, con todo el ahorro energético que eso implica. Y es que el transporte supone más del 20% de las emisiones directas de carbono a la atmosfera, según la OMS. Y los desplazamientos por carretera se llevan la palma, siendo responsables del 16,5% de las emisiones totales de CO2.
- Reducción de la contaminación atmosférica, visual y auditiva.
- Reducción de atascos, lo que beneficia a todos los automovilistas. Se calcula que en el 78% de las ocasiones, el coche solo está ocupado por el conductor.
- Reducción de gastos individuales. Se comparten gasto de combustible y de peajes. Se calcula que un conductor que viaja sólo puede ahorrar hasta un 75% de su gasto llevando tres pasajeros.
- Comodidad y calidad de viaje. Si son trayectos largos, puedes compartir conducción y descansar. En algunos casos incluso te puedes evitar el engorro de buscar aparcamiento.
- Facilitar los desplazamientos a personas que no dispongan de coche propio.
- Puedes aprovechar los carriles Bus-VAO.
- Favorece las relaciones sociales entre personas que realizan los mismos recorridos.
En el barrio de Tomás y Lira ya lo tienen claro.
¿Y tú? ¿Te sumas a esta tendencia económica, ecológica y social?
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